Una ciudad inteligente es, desde el punto de vista de las Tecnologías de la Información y Comunicación, una red inteligente de objetos conectados y máquinas que transmiten datos utilizando la tecnología sin hilo. En esencia, las aplicaciones IoT (Internet de las cosas o Internet of Things) en el ámbito de la administración local reciben y administran datos en tiempo real para ayudar en los ayuntamientos a ganar en eficacia y eficiencia y, en definitiva, a mejorar la calidad de vida de los ciudadanos. El despliegue de dispositivos IoT es imprescindible en buen número de proyectos de este plan: el ahorro energético de los edificios y del alumbrado público, el control de la calidad del aire o del nivel de ruido, etc. Así, se prevé un crecimiento exponencial a corto y medio plazo del número de dispositivos conectados.
Todos estos objetos transmiten i/o reciben información y, por lo tanto, han de conectarse en la red de datos municipal. La tecnología de comunicación dependerá en cada caso de factores como la ubicación, el tipo de sensor o las necesidades de ancho de banda.
El Ayuntamiento ya ha desplegado una red basada en tecnología B-PLC que aprovecha el cableado de alumbramiento público para transmitir datos de dispositivos IoT a velocidades de hasta 50 Mbps. Se prevé aplicar esta tecnología a otros zonas de la ciudad donde sean necesarias conexiones de alta velocidad.
Para conectar dispositivos IoT de bajo consumo energético y baja velocidad de transmisión está previsto el despliegue de una red LoRaWAN que dará cobertura a todo el término municipal. El Ayuntamiento, además, quiere abrir esta red para que la ciudadanía y las empresas puedan hacer uso libremente