Actualmente el alumbrado público está controlado a través de un sistema de telegestión que permite conocer el estado de la red, optimizarla, controlar el consumo eléctrico, identificar averías y reducir los costes operativos. Por otro lado, se está finalizando la sustitución de la totalidad de luces por otras de bajo consumo con tecnología LED.
A pesar de las mejoras introducidas en los últimos tiempos, el sistema todavía se puede optimizar. Se prevé implantar un sistema de sensores que permita el control independiente de la puesta en marcha y de la intensidad de cada luz en función de las necesidades de las diferentes zonas de la ciudad. También está prevista la regulación de la intensidad lumínica en función de la presencia o no de personas.